Yo tenía un padre
Una madre
Y un amor en cada verano
Desde los quince hasta los veinte años
Una vocación suicida
Como cualquier niño
Yo tenía un cuaderno con muchos renglones
Que nunca seguía
Una caligrafía horrible
Y un borrador de tinta
Yo tenía un televisor pequeño
Que después de la cena
Oscurecía
Y uno más grande prendido
En la tarde, en la noche
En todo el día
Yo tenía una fobia eterna
Al agua, a las alturas y a la cama
A las sombras que se ciernen en las almohadas
Yo tenía mis pesares
Mis vocales y mis amigos
Mi habitación, mi camarote
Y un nido
Pero sobre todo yo tenía
Un vientre, un cordón y un líquido
Que me unía desde el propio ombligo
Al tener mismo
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