Ayer fue el cocktail por la unión oficial de Claro y Telmex en el Perú. Eso fue en el Lima Polo Club.
Hoy es la reunión en casa de las Esclavas del Sagrado Corazón con una amiga que vuelve después de haber estado por Bolivia e Italia.
Mañana es Calabozos en el cuarto de
El domingo son las Elecciones municipales y regionales y el Referéndum.
He decidido votar por Lulú, por Juan Manuel del Mar y a favor de la retribución de las aportaciones que realizaron los fonavistas.
Creo que los que más han ganado con todo esto son los artistas y animadores. Me han invitado a más de un cierre de campaña de candidatos de Lima Metropolitana y también de los distritales.
Las reducciones eran como los municipios. Nosotros como los indios.
Toledo tiene la culpa.
Algo está desconectado por estos días. La cabeza de algo está como tapada por una bolsa. Y se está ahogando. El problema es que los que se asfixian son los demás. Es una asfixia pasiva. Otros se drogan con sus fantasías de poder y uno se tiene que contaminar con sus carteles, con sus lemas.
Creo que mi fin de semana, del jueves al domingo, es uno más, como siempre, de los mismos.
Al final, ir a votar es una actividad más dentro de mi proyecto findesemanesco.
Pero noto una pendiente negativa. Como si poco a poco fuese hundiéndome en esa insipidez ripia de lo nimio.
De lo cotidiano.
De lo mal llamado…
Humano.
P.D: y el Ecuador está en drogas.
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