El Trípode de Helena es un blog personal. En la parte superior de la columna izquierda, verán mi retrato y debajo una breve biodata. A continuación, están organizadas las entradas según los temas recurrentes y según la fecha en la que fueron publicadas. Si a alguno de ustedes le intriga el título del blog, de click aquí. Si están interesados en descubrir más acerca de la imagén del encabezado, entren aquí.

domingo, 17 de octubre de 2010

"Conquista de Dos Mundos" o Crónica rimada de la travesía del marqués Odilón de Argeant por el País de la Canela

La semana pasada estuve en un taller de Literatura de Cordel dirigido por Maria Grassi Ferreira, una amigable minera (del nordeste de Brasil), quien es pedagoga, y que nos enseñó los secretos de esta divertida forma de hacer libros. En fin, yo la pasé muy bien, me relajé un poco sin tanta teoría y produje algo motivado por mis últimas lecturas de literatura del periodo de la conquista. Además fundé una ciudad de las que ya les había hablado hace tiempo: San Pedro de la Soledad (http://eltripodedehelena.blogspot.com/2008/07/breve-explicacin-del-mundo-del-mio.html). En fin aquí va el libro, pronto me verán tirando la soga para colgar con ganchitos las copias que le saque en la chamba a este librillo (por cierto las xilografías también las hice yo).



A Felipe II

1

Luz de España y Portugal,
soberano de Ultramar
Rey ilustre, hijo de Carlo,
a vos, la historia, declamar
quiero del marqués de Argeant
conquistador de tierra y mar.

2

Descubierta la Mar del Sur
y poblada Tierra Firme,
viviendo en mi natural
Sevilla, hube de inscribirme
en una larga expedición
a las Indias y partirme.

3

Arribado a la villa
de Nombre de Dios llamada
entrenado fui en tácticas
de la milicia armada
y por mis dotes con lanza
tuviéronme gran demanda.

4

Decíase que a Poniente
Cortés había encontrado
una hermosa ciudad flotante
y que hacia el Austro helado
Magallanes, el dominio
del gigante incivilizado.

5

Siendo Pedrarias de Ávila
de Panamá gobernador
partiéronse dos escuadras
bajo la orden de Emperador
la de Pizarro hacia el Piru;
la de Odilón, a estribor.

6

Del burdo trujillano
el marqués era enemigo
y en más de una ocasión
no faltó ni sobró motivo
para ver la blanca arena
ensangrentada sin testigo.

7

En la boca del río San Juan
la insigne tripulación
despidiose de Francisco,
contaba el marqués Odilón
con cincuenta soldados
y dos meses de ración.

8

En su extensa travesía
se alejaron de la costa
rumbo al oscuro Levante,
no tocaron con posta
ni hallaron tierra habitable,
solo la selva angosta.

9

Entre la montaña bravía
avistaron seres asombrosos
conforme remontaba la nao
el curso del río umbroso:
monópodos, artabatitas,
cinocéfalos monstruosos.

10

Por las flechas atacados
de amazonas y centauros,
y las lanzas de pigmeos,
y el concierto de los faunos
que acompañaban sirenas;
corría el mes de Tauro.

11

A la merma de cristianos
aquel río desalmado
pusímosle de común Estigia
por consejo del Adelantado,
quien era hombre de letras,
en castellano “El Olvidado”.

12

Donde el fuego separa
el agua en dos mitades,
terminamos desembarcando
al pie de los volcanes,
la vegetación extinta era
por el calor, el Hades.

13

Armose el campamento
iniciado el mes de junio
éramos menos de treinta
y en la balsa varios folios,
de ella nació el fuerte;
de nos, el rencor y el odio.

14

Contra el marqués de Argeant
dos veces nos amotinamos,
en menos de una semana:
los alzamientos sofocados
y los orquestadores,
en vida, descuartizados.

15

El religioso dio la misa
para bautizar este puerto:
Lágrima del Mar del Sur,
cristianos en ti han muerto,
Dios nos libre de todo mal
y de morir despiertos.


16

Mediado el mismo mes,
por una tribu de caníbales
atacados desde los árboles
fueron exploradores tales
de sus restos profanados
que no hallaríais vitales.

17

Decidió el Adelantado
dejar el puerto ingrato
en posesión de unos cuantos
y pretendió lograr trato
aborigen de tramontana
o someterlos a su mandato.

18

Cabalgando tres jornadas
topose con gente extraña
por señas se comunicaban
y en ello era su maña;
sin lengua o mudos trata
quien piense tal se engaña.

19

No tenían más armas
que sus lanzas coloradas,
ni traje de campaña
que sus espaldas bronceadas,
vivían en la oscuridad
de idolatría endemoniada.

20

Estos indios nos contaron
de una ciudad hecha en oro
y por sus informaciones,
al creer en buen tesoro,
del País de la Canela
desterramos todo retorno.

21

De tal Estado, sus reyes
eran despóticos tiranos
que generaciones atrás
-contaban con las manos-
arrancáronles la lengua
en silencio no humano.

22

Al servicio de Dios
a los bárbaros e infieles
el marqués Odilón
sin lid logró someterles
prometiéndoles libertad,
aumentando así sus huestes.

23

De los Santos Padres
la noche de la festividad,
de la Ciudad Dorada
cenamos en proximidad
con el corazón repleto
de miedo y de maldad.

24

La matanza duro apenas
media hora, no más,
de los diez mil indios,
tres mil quedaron en paz;
al amanecer, el número
fue en aumento, quizás.

25

Despoblaron la comarca
la mitad de las gentes;
entremetidos en la sangre,
coro de risas hirientes
nos liberó de la carnicería
del asesinar demente.

26

Eran los diablos alingües
burlaban de nos torpeza,
habíamos sido engañados
cometiendo cruel vileza
al matar a inocentes
sin más bien que su pobreza.

27

Hacia el azul crepúsculo
las nubes enrojecieron,
capturados los malditos
en la plaza ardieron
entre paredes de barro
mostráronles el infierno.

28

Levantose el Adelantado
hundiendo su alabarda,
sería de San Pedro, dijo,
de Suplicio esta comarca:
San Pedro de la Soledad,
por aquí Dios no anda.


29

Como mensajero suyo
-recoger a los del puerto-
mandome traer el marqués
noticias y sustento,
pero allegado al volcán
habíanles hecho alimento.

30

Se resolvió empalizar
la ciudad de San Pedro
convencidos de que sería
más tumba que remedio,
la forma de una lágrima,
sin convicción y con tedio.

31

Un riachuelo corría
dos leguas al septentrión
en dirección noreste,
posiblemente una porción
del anegoso Olvidado;
armose la expedición.

32

Después de dos meses
y medio zodiaco encerrados
en la selva nefasta
nuestros ojos libertados
contemplaron la mar casta
para llorar emocionados.

33

Atrás quedo la Ciudad Sola
y la Edad Dorada,
pareciéndome esta cosa
digna de ser historiada
téngome por satisfecho
de haber vivido más nada.


Ciudad de los Reyes, a catorce días del mes de octubre

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