Me acabo de dar cuenta de lo desafortunada de la frase anterior, pero la dejo porque en el fondo es muy cierta (al menos para mí).
Hace unas semanas una amiga "esclava" se fue a Bolivia para continuar sirviendo al Señor en Santa Cruz desempeñándose como docente (muy decentemente, claro) de una escuela de la zona.
En un par de días otro amigo regresa a Argentina para estudiar.
Dos personas diferentes que han compartido espacios diferentes y a los que asocio con amigos diferentes, con lugares diferentes en tiempos diferentes.
Cristabel y el Asilo Canevaro, el Magis en general y los voluntarios, los jesuitas y las esclavas, los retiros, las visitas y los famosísimos after.
Israel y Calabozos y Dragones, los Cósmicos, las amanecidas en casa de José, las "reus" después del trabajo en casa de Mapi, Lathánder y Kitty y el hitazo del verano: Shinigami.
Ambos pásenla bien en donde estén y recuerden a los que se quedan por acá.
Y así como unos se van otros quedan. El sábado me reuní con los chicos de la promo del cole. La gente Trilce. Fue un reecuentro emotivo y altamente etílico en donde corrió harta "chela" y del que prometimos hacer una costumbre periódica. Luis Miguel y Percca, a quienes no veía desde hace más de cuatro y dos años, respectivamente; Carlos y Privat, con ellos unos tres más o menos. Recordamos y rajamos como viejas chismosas, cada uno con otras preocupaciones y perspectivas en mente pero igual los mismos chicos del cole.
A ver cuando un cevichón, prometó que no estaré ronco la próxima, pero ya se sabe, son los riesgos de la vida bohemia.
Son los riesgos, ni hablar.
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