Muchos de los que me conocen corpóreamente habrán notado que existe un gadget que ha formado, durante el año que pasó, una especie de órgano externo pero indispensable para el normal funcionamiento de todos los sistemas de mi errabundo cuerpo. Me refiero a los audífonos del Nokia 5130 XpressMusic, aparatejo comprado con el último sueldo –regular –que gané hace dos diciembres. Pues bien, para rendirle tributo a este importante objeto personal, y para resarcirme por las innumerables veces que groseramente no presté mayor atención a una conversación porque preferí hundirme en otros «más dulces sonidos», he decidido compartir con ustedes ese soundtrack personal que bien podría servir no solo para filmar la vida de un “pobre universitario”, sino también, la de un representativo sector de la baja burguesía limeña.
Nota: He dividido los discos entre los meses del año, con el objetivo de hacer más preciso el recuento cronológico de mis gustos musicales; en total son 24. Existe una cláusula de exclusividad: entran únicamente los álbumes editados durante el 2011; el género musical no importa, aunque notarán varias constantes, como mi predilección por la “música de supermercado”. No he incluido las antologías (INNI de Sigur Rós o Outside Society de Patti Smith) o remasterizaciones (Smile de The Beach Boys), lo que deja muchos trabajos buenos afuera. Se han producido felices reencuentros con viejos amigos (Feist, Emmy the Great, Manel o Los Campesinos!), y algunos desencuentros con grupos que no pasaron la valla del segundo disco (Portamento de The Drums). En fin, muchas de las cosas que pensé o dije son responsabilidad de las letras y melodías que esconden las siguientes carátulas, por lo que antes de culparme por algún exabrupto, concédanles unos minutos a las canciones que hay detrás.
Enero
Empty. Me la pasé escuchando los discos que quedaron como “devengados” del 2010.
Febrero
1) Lágrimas Mexicanas
Se juntaron el ecléctico guitarrista estadounidense Bill Frisel, y el cantante y percusionista brasilero de bossa nova Vinicius Cantuária, para crear un disco sin mayor pretensiones formales pero que calzó como anillo al dedo para fondo de los carnavales, y de la aparición de Nadia III, bautizada por mí como «Aquela mulher». Se me aparecen entre sueños sonambúlicos, también, los trasnochados banquetes, en el sentido griego, a punta de pisco o chela en casa de un amigo, por San Miguel.
Marzo
2) 10 milles per veure una bona armadura
Los días previos al retorno a la universidad me sorprendieron escuchando a los abanderados del pop catalán, los chicos de Manel, quienes compusieron un segundo álbum más ambicioso que el genial Els millors professors europeus (2008), aunque algo inferior en cuanto a la poesía de las letras. Imprescindible, «La cançó del soldadet».
3) Diamantes
Para confirmar que la fiebre española me atacó ese mes, El Columpio Asesino, banda de Pamplona, con un disco editado por Mushroom Pillow marcó su internacionalización definitiva y su consagración en el mundo del indie contemporáneo. Recuerdo haber quedado prendido de «MGMT», certera alusión al dúo de Brooklyn.
Abril
4) What Did You Expect from the Vaccines?
El debut de The Vaccines, banda de rock londinense, apasionada por los coros gritones y las rasgueos de guitarra, catapultó a temas como «Wreckin' Bar (Ra Ra Ra)», a la categoría de verdaderos hits del otoño. Evidentemente, otro grupo que busca tener la pretensión de no tener ninguna: posmodernismo al máximo.
5) Afrodiaspora
La chorrillana Susana Baca comenta que «[t]his record is a celebration of the African presence in the Americas, the experience of people that underwent this journey, where only the strong survived». Contribución de «La reina de África» a una labor encomiable, la de rescatar del olvido las tradiciones culturales de grupos humanos marginados durante tanto tiempo.
Mayo
6) Fuerteventura
Russian Red (Lourdes Hernández), cantautora de cabello zanahoria, tuvo la singular oportunidad de grabar su segundo disco en Glasgow acompañada por los músicos de Belle & Sebastian -sí de esos mismos- y confirmar su presencia en la escena de la música alternativa española. Me quedo con «The Memory is Cruel», porque en aquellos días iniciaba el recuento del “tiempo perdido”.
7) Helplessness Blues
Para este grupo de hippies de Seattle, nada es imposible: el segundo LP motivó su nominación al Grammy en la categoría de Mejor Álbum de Folk. Una cubierta deliciosa y el tono de Salmo, que impregna a cada track del disco, lo convierten en la música perfecta para ser escuchada bajo la bóveda de alguna basílica gótica. Mi mayo se cerraba exóticamente con «Sim Sala Bim» de Fleet Foxes.
Junio
8) The Rip Tide
¿Qué decir de Beirut? Ciertas reminiscencias de
9) Daydreams & Nightmares
Those Dancing Days, banda femenina de Estocolmo, elegida por Belle & Sebastian para tocar en un festival británico del 2010, llegó a mí a través de una de esas noticias que casi a diario manda Zona de Obras al correo. Su “pop cursi”, una de los subgéneros del indie desde los años 80’s, es capaz de engendrar algunas joyas como «Help Me Close My Eyes», precisa antes de cualquier fiesta.
Julio
10) Diablo rojo, Diablo verde
Corrían los preparativos de la organización de un congreso de literatura en el que conocí a varios amigos chilenos -y de otras partes de Latinoamérica- y yo me adelantaba escuchando a su compatriota Pascuala Ilabaca, amante del acordeón y de la música con aire de estas latitudes, junto con Fauna. Desde Janis Joplin hasta Violeta Parra, el espectro de sus composiciones, con muchos arreglos de jazz, encuentra varios puntos excepcionales en este disco. Escuchar si no «Lamenta la canela» (este disco es del 2010; diría que un capricho del selector).
11) In the Grace of Your Love
Inmenso, nadie debería prescindir de este trabajo. Algo tan extraño como el dance-punk adquiere carta de ciudadanía en los oídos de cualquier neófito a partir de la escucha del cuarto disco de The Rupture. La influencia del gospel y el duelo de Lucas Jenner -líder de la banda- por la muerte de su madre, son patentes en canciones como «How Deep Is Your Love?», que mantiene el ritmo a lo largo de sus
Agosto
12) Pint of Blood
La cantautora de folk, country y blues, Jolie Holland, me regaló un álbum para bajar las aceleraciones de un mes cargado con ponencias, conferencias magistrales, talleres y almuerzos con gente extraña pero, al mismo tiempo, familiar. Digamos que permitió que mis vacaciones no desaparecieran del todo. Admirada por Tom Waits, luego de oír ese dulce trino titulado «The Littlest Birds», cualquiera intuye el porqué.
13) Out of Love
Se trata de la superbanda Mister Heavenly, formada por Honus Honus de Man Man, Nicholas Thorburn de Islands y de The Unicorns, Joe Plummer de Modest Mouse y de The Shins, y el bajista Michael Cera. Con el toque vintage del Doo-wop de los años 50’s, basado en las armonías vocálicas del R&B, y con la impronta del indie anglosajón actual en las letras, el ejemplo mejor logrado de esta fusión es «Charlyne».
14) w h o k i l l
Desde Connecticut, New England, Merrill Garbus ha sacado adelante este proyecto inclasificable, que combina desde el ukelele hasta los loops computarizados y el bajo electrónico, tocado por Nate Brenner. Porque lo que hacen los miembros de tUnE-yArDs son verdaderos experimentos sonoros que exploran la textualidad de la violencia en un disco que originalmente se iba a llamar Women Who Kill. Recuerdo que al terminar ese mes no podía dejar de saltar con las primeras disonancias de «Gangsta». Era la época en la que me afané con los talleres literarios de la facultad.
Setiembre
15) In the Mountain In the Cloud
De Portland, Oregon -aunque originarios de Alaska-, apareció un buen día del mes de mi cumpleaños Portugal. The Man con un disco bajo el brazo. Descubrí desde la primera escuchada que la única bandera que reivindicaban estos señores era la psicodélica, y que además tenía una habilidad extraordinaria para sacar un disco al año, o más. Es curioso que el campo figurativo predominante de sus títulos sea el de la elipsis, dada la preponderancia que tienen los paréntesis en ellos, como el canto revolucionario «Got It All (This Can't Be Living Now)».
16) Toque Dela
Marcelo (de Souza) Camelo, ex vocalista de la banda de rock alternativo brasilero Los Hermanos, lanzó su segundo álbum como solista demostrando no solo sus dotes de compositor sino también de poeta: «Todo o teu amor / Eu vi de longe / De longe... / Dava pra sentir o teu perfume / Eu juro...». Tan suave, de «Meu Amor É Teu». En aquellos días fue lo del incidente y la perdida de mis anteriores lentes. No sé porqué, pero los extraño.
17) Virtue
No puedo entender hasta ahora como es que alguien en su sano juicio haya podido cancelar la boda con Emma-Lee Moss, autonombrada con justicia como “Emmy the Great”, cantautora de origen hongkonés de la que quedé prendado después de escuchar esa pequeña pieza de la inocencia perdida como fue First Love (2009). El segundo disco de Emmy es tan meticuloso, y está alejado del minimalismo folk del anterior, que representa una verdadera evolución en su carrera musical. La que más me gusta, porque está signada bajo el signo de otra gran infortunada -como yo-, es «Cassandra».
Octubre
18)
Explosión pura. Una tropa paulista dispuesta a destruir a lo que se ponga a su paso. Entre el rock electrónico y new wave, pero con incursiones en los sonidos del dance y en el modelo de creación musical del indie, eso es Cansei de Ser Sexy (CSS). Aunque ninguna canción del disco es menos “empilante” que las demás, no puedo pasar por alto que mientras estaba con un italiano hablando de Plotino, tenía en la cabeza el «Grita, grita, mami / Mami, mami, grita» de «
19) Mysterious Power
El cuarteto de rock Ezra Furman & the Harpoons, sorprendió gratamente a muchos este año, entre los que me incluyo, cuando los de Massachusetts editaron su tercer álbum, envuelto con los aires frescos del rock y el folk más tradicional. Si llamarse Ezra es ya un gran peso, que tal escribir una canción con algo de escocés y ponerle el mismo título de otra de The Who, y que no queden ganas de escuchar la más antigua, sino la nueva «Teenage Wasteland».
Noviembre
20) Bitte Orca
Corría el penúltimo mes del año, y yo estaba pensando en cómo unir a Bajtín con Eguren. Entonces, en una de esas noches de darle vueltas al asunto, descargué el último trabajo de Dirty Projectors, una banda de rock experimental de Brooklyn, y a partir de ese momento, todo encajó a la perfección. Entrar en el disco me costó trabajo pero al final comprendí que la imploración a la ballena asesina encerraba una calma escondida, como la de los violines en el mar de «Two doves».
21) Hello Sadness
Los Campesinos!, banda galesa fetiche de mi vida en estos dos años y medio que han pasado desde que la conocí, tiene todo lo que me puede gustar: letras cursis pero desgarradas, vocación por la estridencia y una actitud posromántica que han sabido sostener desde ese bombazo que fue el Romance Is Boring (2010), y que les ha dado más fama en los Estados Unidos que en los territorios de
Diciembre
22) Paracaídas
Conocí al dúo Alejandro y María Laura a mediados de año, en una de esas tantas presentaciones que hacían los dos entre semana en algún rinconcito cálido, y muy hipster, de la capital. Pero los escuché por primera vez en el programa Sonidos del Mundo, que conduce Mabela Martínez en Radio Filarmonía algunos días en la nochecita, es decir, la hora que los gringos llaman evening. Fue amor a primera vista. La cereza de la torta me la dieron a mediados del mes, cuando firmaron mi disco con un “Para César, que «abra los ojos»”, canción cuyo videoclip no solo es divertido, sino que está impregnado de la estética más sinecdóquica de nuestra generación.
23) Metals
Este es el disco de Westphalen y de Lacan, y del affaire que intenté que tuvieran, momentáneamente, a inicios del mes. Un par de personas quedaron satisfechas con el resultado, al menos con la manera en que narré la historia de amor. Que me encanta esta mujer desde que la escuché en la banda sonora de Paris, je t'aime (2006), desde que vi su presentación en Plaza Sésamo, desde que… se bajó del tren que la catapultó a la fama tan vertiginosamente y decidió escribir las canciones de un disco de transición, imposible de cantar en vivo sin que pierda mucha de la intención de Leslie Feist. Además del cameo en la última película de los Muppets, otro epicwin de la canadiense, este año, es ese poema sobre la angustia, me refiero a «Anti-Pioneer»
24) Days
Y es enero y sigo dando vueltas alrededor de un disco playero que salió a inicios del otoño septentrional del año pasado. Indie rock puro es lo que destila Real Estate, banda de New Jersey que con -otro- segundo disco, demuestra que más allá de tratar de ser cool, el grupo busca rescatar en nosotros el recuerdo de esos «Wonder Years» que todos llevamos unidos a la estación estival.
Seguiré poniendo estos discos en la lista de reproducción de mi celular y, así, espero escapar de esa estupidez hipnótica y seudobrasilera que contamina a tantos incautos desde las radios locales. Mis más sinceras condolencias para sus oídos si es que sucumben ante sonidos tan abyectos.
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