El Trípode de Helena es un blog personal. En la parte superior de la columna izquierda, verán mi retrato y debajo una breve biodata. A continuación, están organizadas las entradas según los temas recurrentes y según la fecha en la que fueron publicadas. Si a alguno de ustedes le intriga el título del blog, de click aquí. Si están interesados en descubrir más acerca de la imagén del encabezado, entren aquí.

sábado, 23 de mayo de 2009

La voz poemática: entre Rosa Cuchillo y Antígona



Sí, fui a esa conferencia y saque en límpio dos ideas: 1) que hay textos poemáticos con cierto contenido enunciativo y 2) que hay textos poemáticos que carecen por completo del mismo (zona liberada). Dentro de los primeros está la vieja distinción entre textos poemáticos ficcionales y no ficcionales. Nueva definición de la autora: la tensión existente entre la voz propia (de la poesía) y las voces objetivadas y diferenciadas (propias de la prosa) marca la forma en la que se expresa el hablante. Además, la voz propia (del hablante básico) también está en conflicto entre una voz íntima y un sujeto poético que simbolizaría la otredad (reflejo del lenguaje artístico-epocal). Cuando existe una identificación entre ambos podemos hablar de poesía no ficcional, caso contrario sería poesía eminentemente ficcional. Pueden haber puntos de intermitencia y variabilidad.
Pues bien, lo anterior a qué me lleva. A nada, sólo a encadenar dos cosas, que he visto dos buenas obras de teatro está semana, una gratis y otra a un precio rebajado (gracias a ciertos amigos). Me refiero a Rosa Cuchillo, basada en la novela homónima de Órcar Colchado Lucio publica en 1997 y Antígona, en una versión libre del poeta José Watanabe realizada sobre la tragedia de Sófocles en el 2000. Ambas interpretadas por dos buenas actrices del Grupo Yuyachkani: Ana Correa y Teresa Ralli. Y como tengo sueño y todo lo demás, entonces aquí termina este post y ya ustedes sí están interesados investiguen alguna de las tantas cosas interesantes que he escrito o traten de verlas.


Rosa Cuchillo

Antígona

miércoles, 20 de mayo de 2009

Este soy yo: Un kamikaze


Bueno, ella no aunque parezca más varonil que yo. Ella es Rosa Bonheur, una pintora homosexual francesa que se especializó en retratar (?) animales. En realidad yo soy este dibujito que una amiga gentilmente atribuyo a mis inclinaciones pop-artísticas y postmodernas:


Diagnóstico: idiocia. Qué puedo hacer. Remedar a Sabina, remedar a Sabina, remedar a Sabina... Cito en su defecto a Mondrian: «solo cuando estemos en lo real absoluto el arte no será ya más necesario». Es decir este cómic, su servidor. Para Piet seguro debí haber nacido con está apariencia:


Pero no, quise tener forma más gracil y miren me salio el tiro por la culata. Aunque ahora con lo de la gripe porcina los especialistas han reelaborado la teoría de la evolución darwiniana. Esta es la nueva secuencia de eslabones:


Así somos y no lo podemos parar. Como tampoco se puede sacar del error al hombre común. Para ejemplo, un botón: Drexler. No sé muy bien que le ven pero salvo 10 canciones de toda su producción -en lo personal- me aburre. Sobretodo esa insoportable que se titula: Fractura de escafoides tarsiano derecho.


Lo que sí se puede encomiar musicalmente fue ese concieto de música barroca al que asistí el jueves pasado. Bueno, sobretodo por el lugar (una capilla) y la instrumentalización (se dirá así) o son los arreglos. Alguien arrégleme a mí en todo caso.


Ese fue un buen día porque también asisití a una conferencia de José Miguel Oviedo, uno de los más importantes estudiosos de la obra novelística de Mario Vargas Llosa. Aunque me asuste cuando lo ví con su bastón, a él, medio decrépito (perdón). Tal vez por eso le hice aquella pregunta tan estúpida.


Creo que desde esos días se puede rastrear el principio de mi resfriado. Ya el viernes con la salidita que me mandé por las húmedas calles de Lima (sobretodo las que están cerca al mar) me jod... en serio. Pero valío la pena. Una buena obra de teatro que me ha dejado pensando. Y cuyo director parece estar de moda (Michael Frayn) en nuestro medio porque pronto se estrena otra pieza suya (me refiro a Esta obra es un desastre)... Ah, me olvidaba, ví Copenhague:



(Interpolación. Escribí lo que sigue antes que esto, quizás porque quería obviarlo: fui agredido en plena vía pública por una especie de... cómo la llameré... un vándalo que tenía intención de atentar contra mi vida y luego huir con su complice, un taxista que le hacía barra y la esperaba con el motor encendido):



Para coronar mi destrucción me largue la noche siguiente a beber con tres amigos al Rincón Cervecero. Lancé otra pregunta tonta, en esta ocasión a la mesera:
- ¿Todas las cervezas están heladas?
- Sí.
Plop mental y también físico.


Después de recuperarme del dolor de estómago del domingo y de la fiebre, el lunes ya en la universidad me dediquea estudiar y a ser un chico empeñoso. Obvio, no lo conseguí. Ayer, martes, casi por completo recuperado (aunque tengo dos arañones que me hizo el perro porque me dormí en la sala y ni siquira sentí sus patas en mi cara) me tomé un tiempo para ir al cine a ver Death Proof que junto con Planet Terror forma GRINDHOUSE, ese homenaje a las pelis serie B de muertos vivientes y asesinos en serie. Nada menos se puede esperar del dúo: Tarantino-Rodriguez.


Esa fue mi semana.
Bien por ustedes. Por mí, normal.

lunes, 11 de mayo de 2009

Travesitas arequipense

No es difícil sentarse un rato y contarle a alguien lo que hemos vivido, lo que hemos sentido, lo que hemos experimentado. Lo difícil es mantener el tono, no emocionarse, no volverlo a vivir. Eso me ha pasado muchas veces desde que regresé de Arequipa. Será que este viaje no sólo fue un encuentro con otros; también fue un encuentro conmigo mismo. Y a pesar de todos los inconvenientes que tuvimos que sortear para poder llegar hasta allá, a pesar del cansancio y del sueño, del retraso y del enojo, nunca nos faltó el ánimo. Sabíamos que nos esperaban y que, desde antes de conocerlos, nuevos amigos nos tenderían la mano, nos darían un beso o simplemente nos sonreirían. Era natural, tan natural como el hecho de que nuestras expectativas no fueron defraudadas. Compañeros de ruta, jóvenes con similares intereses, anhelos y proyectos nos hicieron sentir como en casa, como parte de una gran familia. Luego, los días se nos hicieron cortos y plenos; compartimos la mesa, la alegría y la esperanza y nos dimos cuenta de que no estábamos locos, de que la justicia motivada por la fe no es una empresa utópica. Hay tantos nombres a los que debería agradecer tantos regalos, amigos de Tacna, de Arequipa y de Lima; ahora, a la distancia, los recuerdo y les pido -como lo hizo desde el Cuzco una de nosotros- sigan trabajando para esa industria, la más urgente para el mundo, para nuestro país, para Dios, la industria del Amor.


Y además les dejo el video del Javicho: