El Trípode de Helena es un blog personal. En la parte superior de la columna izquierda, verán mi retrato y debajo una breve biodata. A continuación, están organizadas las entradas según los temas recurrentes y según la fecha en la que fueron publicadas. Si a alguno de ustedes le intriga el título del blog, de click aquí. Si están interesados en descubrir más acerca de la imagén del encabezado, entren aquí.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Este soy yo: Un kamikaze


Bueno, ella no aunque parezca más varonil que yo. Ella es Rosa Bonheur, una pintora homosexual francesa que se especializó en retratar (?) animales. En realidad yo soy este dibujito que una amiga gentilmente atribuyo a mis inclinaciones pop-artísticas y postmodernas:


Diagnóstico: idiocia. Qué puedo hacer. Remedar a Sabina, remedar a Sabina, remedar a Sabina... Cito en su defecto a Mondrian: «solo cuando estemos en lo real absoluto el arte no será ya más necesario». Es decir este cómic, su servidor. Para Piet seguro debí haber nacido con está apariencia:


Pero no, quise tener forma más gracil y miren me salio el tiro por la culata. Aunque ahora con lo de la gripe porcina los especialistas han reelaborado la teoría de la evolución darwiniana. Esta es la nueva secuencia de eslabones:


Así somos y no lo podemos parar. Como tampoco se puede sacar del error al hombre común. Para ejemplo, un botón: Drexler. No sé muy bien que le ven pero salvo 10 canciones de toda su producción -en lo personal- me aburre. Sobretodo esa insoportable que se titula: Fractura de escafoides tarsiano derecho.


Lo que sí se puede encomiar musicalmente fue ese concieto de música barroca al que asistí el jueves pasado. Bueno, sobretodo por el lugar (una capilla) y la instrumentalización (se dirá así) o son los arreglos. Alguien arrégleme a mí en todo caso.


Ese fue un buen día porque también asisití a una conferencia de José Miguel Oviedo, uno de los más importantes estudiosos de la obra novelística de Mario Vargas Llosa. Aunque me asuste cuando lo ví con su bastón, a él, medio decrépito (perdón). Tal vez por eso le hice aquella pregunta tan estúpida.


Creo que desde esos días se puede rastrear el principio de mi resfriado. Ya el viernes con la salidita que me mandé por las húmedas calles de Lima (sobretodo las que están cerca al mar) me jod... en serio. Pero valío la pena. Una buena obra de teatro que me ha dejado pensando. Y cuyo director parece estar de moda (Michael Frayn) en nuestro medio porque pronto se estrena otra pieza suya (me refiro a Esta obra es un desastre)... Ah, me olvidaba, ví Copenhague:



(Interpolación. Escribí lo que sigue antes que esto, quizás porque quería obviarlo: fui agredido en plena vía pública por una especie de... cómo la llameré... un vándalo que tenía intención de atentar contra mi vida y luego huir con su complice, un taxista que le hacía barra y la esperaba con el motor encendido):



Para coronar mi destrucción me largue la noche siguiente a beber con tres amigos al Rincón Cervecero. Lancé otra pregunta tonta, en esta ocasión a la mesera:
- ¿Todas las cervezas están heladas?
- Sí.
Plop mental y también físico.


Después de recuperarme del dolor de estómago del domingo y de la fiebre, el lunes ya en la universidad me dediquea estudiar y a ser un chico empeñoso. Obvio, no lo conseguí. Ayer, martes, casi por completo recuperado (aunque tengo dos arañones que me hizo el perro porque me dormí en la sala y ni siquira sentí sus patas en mi cara) me tomé un tiempo para ir al cine a ver Death Proof que junto con Planet Terror forma GRINDHOUSE, ese homenaje a las pelis serie B de muertos vivientes y asesinos en serie. Nada menos se puede esperar del dúo: Tarantino-Rodriguez.


Esa fue mi semana.
Bien por ustedes. Por mí, normal.

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