Y además les dejo el video del Javicho:
lunes, 11 de mayo de 2009
Travesitas arequipense
No es difícil sentarse un rato y contarle a alguien lo que hemos vivido, lo que hemos sentido, lo que hemos experimentado. Lo difícil es mantener el tono, no emocionarse, no volverlo a vivir. Eso me ha pasado muchas veces desde que regresé de Arequipa. Será que este viaje no sólo fue un encuentro con otros; también fue un encuentro conmigo mismo. Y a pesar de todos los inconvenientes que tuvimos que sortear para poder llegar hasta allá, a pesar del cansancio y del sueño, del retraso y del enojo, nunca nos faltó el ánimo. Sabíamos que nos esperaban y que, desde antes de conocerlos, nuevos amigos nos tenderían la mano, nos darían un beso o simplemente nos sonreirían. Era natural, tan natural como el hecho de que nuestras expectativas no fueron defraudadas. Compañeros de ruta, jóvenes con similares intereses, anhelos y proyectos nos hicieron sentir como en casa, como parte de una gran familia. Luego, los días se nos hicieron cortos y plenos; compartimos la mesa, la alegría y la esperanza y nos dimos cuenta de que no estábamos locos, de que la justicia motivada por la fe no es una empresa utópica. Hay tantos nombres a los que debería agradecer tantos regalos, amigos de Tacna, de Arequipa y de Lima; ahora, a la distancia, los recuerdo y les pido -como lo hizo desde el Cuzco una de nosotros- sigan trabajando para esa industria, la más urgente para el mundo, para nuestro país, para Dios, la industria del Amor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario