Mañana es mi cumpleaños y debo decir con sinceridad que ya estoy empezando a sentir los años. Años humildes de los que no he esperado mucho pero que mucho me han traído. Una vida envidiable para cualquier buen escritor, lastima que yo no lo sea. En fin, no quiero que se interprete eso de que estoy empezando a sentir mis 21 años como el síntoma de una hipocondría precoz (de la que se han contagiado nuestros adolescentes por una influencia inequívoca de los emos), lo mío es más suave, menos bullanguero. Estoy cansado, no enfermo. Y cansado y todo me sigo tropezando con cada cosa y de cada cosa he salido incólume que ya estoy esperando el asalto que me derrumbará. Pero mientras tanto un poco de fiesta, fiesta tranquila, sana, conservadora e infantil. Algunas caras conocidas, ninguna nueva: eso espero. No quiero aspavientos ni aprietos. Una leve caricia, un par de regalos, varios saludos y mucha paz en mi día. Por cierto, de pasada también saludo a mi madre y así y todo me declaro buen hijo, en lo posible, en lo nato.
Comparto una canción con todos y feliz cumpleaños a mi madre, a mí y a todos los que cuentan sus historias usando las aceras.
Adele, del álbum "19": Chasing pavements
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1 comentario:
Creo haberos mandado el abrazo respectivo por mail y no haber encontrado respuesta. Irrelevante es, como casi todo en esta vida. Mando el abrazo respectivo.
¿Cuando uno, dos, tres risks? (nunca seguidos, que no es bueno para la bilis)
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